Las Trabajadoras Transexuales a diario sufren una doble agresión, son discriminadas y estigmatizadas, por un lado, la transfobia y por el otro la putofobia.
Según un estudio publicado por Fundación Triángulo en 2011 el 91.2% de Trabajadoras Transexuales (TTS), proceden de países de América del Sur, huyen de sus hogares por no ser aceptadas, al estar lejos de sus raíces y no contar con apoyo o estabilidad económica no suelen tener otras salidas laborales más que la de ser meretrices.
“Las mujeres trans sufren más exclusión laboral que los hombres trans y se ven obligadas muchas veces a trabajar en la prostitución o en trabajos muy precarizados y con contratos temporales y parciales”, a sí lo manifiesta catalunyaplural.cat.
Alrededor del mundo las TTS sufren discriminación y en casos extremos son asesinadas debido a su preferencia sexual, se debe reconocer que la transexualidad no implica como característica principal la prostitución. La estigmatización de este grupo es una de las razones por las que sus partícipes sufren tantos ataques.
Existen centros de apoyo y asociaciones que se dedican al soporte de este colectivo, luchan por su derechos e igualdades. México es uno de los países con el más alto índice de violencia transfobia, los asesinatos por odio a TTS no entran en las tablas estadísticas de homicidios de dicho país. Cerca de 90 mil individuos en los diversos continentes ejercen la prostitución, dentro de las cuales la mayoría son mujeres y el resto transexuales, gays, lesbianas, bisexuales, hombres, travestis, intersexuales y transgéneros. En Francia 8 de cada 10 TTS son migrantes indocumentadas.